El título de este artículo está relacionado con la matutina "El momento de la decisión". Una matutina para jóvenes del año 2005 que desde ese entonces, cada día hacemos en nuestros cultos familiares con nuestra hija.
El versículo base se encuentra en Marcos 12:43 "Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca". Me gustaría dedicar varios párrafos de dicha matutina que creo en los tiempos que estamos viviendo debería hacernos meditar en las decisiones que debemos tomar. "Esta viuda había decidido dar todo lo que tenía, no por alguna recompensa sino por amor a Dios. Su decisión de dar, a pesar de los sacerdotes que engordaban con un sistema que los consolidaba en la codicia, todavía fulgura. Ella dio a la causa que amaba porque creía en su Padre celestial." Deseado de todas las gentes p. 566 este texto de la pluma inspirada nos muestra dos cosas. Por un lado vemos la viuda, una hermana de iglesia que con sacrificio día a día va cuidando su economía para poder sobrevivir, pero así y todo esa viuda entrega todo lo que tiene, la razón es "Ella dio a la causa que amaba porque creía en su Padre celestial"Deseado de todas las gentes p. 566. Por otro lado vemos a los sacerdotes que engordaban bañados en la codicia, estos hombres veían las arcas del Templo llenas, se sentían satisfecho que a nadie podía faltarle, que cada sacerdote tendría lo que quería y cuando quería, a expensas del pueblo. Hombres que creían servir a Dios pero que no amaban la causa de Dios. Lo más hermoso y que llamó la atención de Jesús fue que a pesar de la aptitud de los sacerdotes, él se fijó en la escena de las "dos blancas" y quedó reflejada en la historia bíblica para que nosotros siervos de Dios del siglo XXI no cayéramos en el mismo error.
Estos días se están deliberando muchas acciones y debatiendo muchas tomas de decisiones. Nos centramos en lo que los líderes y pastores estamos haciendo, perdemos la perspectiva de lo que Cristo reveló en las escrituras. Debiéramos todos volver a ser como esa viuda que sin estudios, sin doctorados, sin alardes de conocimiento, ni de sabiduría, supo llamar la atención del Maestro de los maestros, del Doctor de los doctores, del Señor de los señores, de nuestro Salvador.
Por ello elige tu como la viuda, probablemente tu elección sea apartarte para que otro tome las riendas de las decisiones, probablemente sea la de someter tu confianza a todos los que estás ministrando. Tu eliges, pero la viuda gracias al reconocimiento de Cristo, salió del Templo con gozo en su corazón, porque alguien entendió lo que hacía, ella amaba la causa de Dios. Si tu la amas, toma tu elección.
Amén
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