viernes, 29 de noviembre de 2013

Semana especial de Reavivamiento - El valle de los huesos secos


Ezequiel 37:1-2 
Y la mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo alrededor: y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.

El contexto histórico de estos versículos se remontan a los años 500 antes de Jesucristo. Estamos en el año 597 A.C. que Ezequiel es llevado cautivo a Babilonia junto con otros judíos. Sobre el año 586 A.C. durante el reinado de Sedequías ocurrió la mayor de todas las tragedias para un hebreo, el Templo de Jerusalem fue quemado con la ciudad y destruido todo. Lo que quedó fueron llevados cautivos y solo unos pocos fueron dejados en Jerusalem.

Es bajo esta circunstancia en la que Dios revela a Ezequiel para que anuncie al pueblo que está en Babilonia. También sentiremos que esta misma visión se puede proyectar a nuestros tiempos y a nuestra situación de esclavitud al pecado y a vivir en Babilonia desde la perspectiva espiritual.

Si hacemos una lectura del texto, nos encontramos un escenario aterrador de huesos de humanos, de soldados que han perdido una batalla, han sido vencidos.

Si leemos en Ezequiel 37:3 nos encontramos con una pregunta curiosa que Dios hace al profeta: "Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes." la respuesta es obvia, es imposible que unos huesos vuelva a la vida, en esta tierra nadie puede hacer que ellos vuelva a cobrar vida. Por lo tanto Dios quiere enseñar a su pueblo por medio del profeta, que nadie puede hacer vivir algo que está muerto, por lo que quiere enseñar que su condición a pesar de estar vivos es como la de esos huesos, nadie les puede liberar del cautiverio por sí mismo, están como si estuvieran muertos.  En el versículo 11 nos dice: "Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo talados." A pesar de las innumerables veces que Dios habló por medio de profetas para que su pueblo no estuviera muerto, ellos no hicieron caso y al final cayó en esta condición. 

Hoy en día también nos puede ocurrir esto, por eso el Señor por medio de su sierva en el tiempo del fin, amonesta a su pueblo a no caer en la misma situación: "Hoy, muchísimos de los que componen nuestras congregaciones están muertos en delitos y pecados"  3JT página 60

Pero a pesar de la condición del pueblo de Dios, el Señor no abandona, si volvemos al texto bíblico, nos encontramos con una orden que Dios le da al profeta. Ezequiel 37:4 "Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová." aquí encontramos dos partes vitales:

1º El deber de todo mensajero de Dios es predicar la Palabra.
2º El deber del pueblo de Dios es oír y practicar la Palabra.

Por lo que podemos entender que la Palabra de Dios es fundamental para la vida. En Ezequiel 37:7-8 se produce el milagro por medio de la Palabra de Dios. "Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor, y los huesos se juntaron cada hueso a su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu."  Cuando el mensajero de Dios habló los huesos comenzaron a cobrar vida, y fueron formando todo para estar preparados, aunque les faltaba algo fundamental, el espíritu, es decir la vida.

Todo esto es espectacular, ver huesos moviendo y ubicando en sus lugares, ver tendones formando alrededor y ver la carne apareciendo, esto es espectacular, pero al final por mucha espectacularidad que podamos ver, no sirvió para nada, ya que les faltaba lo fundamental. Esto también puede ocurrir en nuestras iglesias, podemos estar haciendo magnificas programaciones, podemos estar haciendo estructuras y cambios externos, grandes predicadores pueden venir, grandes escuelas sabáticas podemos estar haciendo, pero si no existe el Espíritu Santo, somos como ese ejercito que se formó en la visión pero que al final no servía para nada, ya que les faltaba la vida. 

Por eso no debemos quedarnos en lo espectacular y hermoso, porque podemos estar lejos de lo que Dios quiere, como le pasó al pueblo de Israel. Si avanzamos en el estudio y leemos en Ezequiel 37:9-10 veremos algo extraordinario y fundamental. "Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así dice Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies, un ejército grande en extremo." Dios da la orden al profeta para que llame al Espíritu y sople en los muertos, para que vivan. El resultado es espectacular, porque ahora esos huesos, esos tendones, esas carnes, cobran vida y se forma un ejercito enorme para la lucha, los vencidos volverán a la vida. Es decir el pueblo de Dios volverá a su tierra. Pero para que eso ocurra tienen que sentir y vivir conforme al Espíritu Santo. 

Para nosotros hoy es lo mismo, podemos como iglesia ser la más majestuosa, la que mejores programas de evangelismo tiene, la que mejor infraestructura y economía puedan atesorar, pero al final sin el Espíritu, estaremos inmóviles y seremos inútiles, como los huesos secos. Por eso hoy debemos tomar una decisión, durante esta semana de oración debería ser nuestra búsqueda. Como dice el Espíritu de Profecía: El Espíritu de Dios con su poder vivificador debe encontrarse en cada instrumento humano para que todo músculo y tendón espirituales puedan ejecutarse. Sin el Espíritu Santo...hay adormecimiento de la conciencia, pérdida de la vida espiritual...muchos tienen sus nombres en los libros de la iglesia, pero no están inscritos en los libros de la vida. Pueden estar afiliados a una iglesia pero no están unidos al Señor. Pueden ser diligentes en el cumplimiento de cierto grupo de deberes y pueden considerarse como hombres que viven pero se hallan entre los que tienen un nombre de que viven, pero están muertos. Apocalipsis 3:1 RH 17 Enero 1893

Que Dios nos ayude a ser una iglesia viva y eficaz.

Amén.

No hay comentarios: