jueves, 10 de junio de 2010

Dios sigue hablando hoy




Parece como que este título es obvio para los cristianos, creemos firmemente que Dios sigue hablando a su pueblo, orientandolo para tener un encuentro especial con Él cuando nuestro Señor Jesús regrese a la tierra para rescatarnos.
La cuestión es que vivimos tiempos combulsos, tanto la sociedad como la naturaleza nos están haciendo un llamado de atención. Una para ser testigos de Cristo en ella y la otra para que vivamos intensamente cuidando de aquello que Dios otorgó como privilegio al ser humano desde el Edén.
Ahora bien, ¿ cómo ser parte importante en la acción de ser reparadores de portilllos en medio de la sublebación tiránica que nos rodea? En este punto debe venir a nuestra memoria el por qué acepté ser parte del pueblo de Dios para anunciar un mensaje a este mundo. Pero no solo hacer memoria, sino volver a realizar aquellos hechos que me llevaron a abrazar con todo mi ser la verdad bíblica que la iglesia imparte. Esto me recuerda mucho a lo que el Señor dice por medio del profeta Jeremías (Jeremías 6:16-17) , cuando el pueblo tomaba otro camino de identidad diferente al que Él quería. La obligatoriedad de responder afirmativamente a Dios está lejos de su carácter, junto a Él solo tenemos el camino del deseo de servirle, de ser instrumentos en sus manos, pero Él nunca nos obligará a tener ese deseo. Probablemente predisponga todo para que sintamos la necesidad de buscarle, pero núnca decidirá por nosotros el buscarle, esa decisión está en nuestras manos.
Existen dos formas de vivir, una conforme a los criterios de este mundo y el otro conforme a los criterios de Dios, y nosotros en medio, ¿qué decidiremos?¿qué camino tomar? Estas preguntas son las que nos debemos hacer a diario para no errar en el diagnóstico de cómo estoy viviendo el presente.
¿Me desligo de las complacencias de esta sociedad o de la perspectiva de vivir la eternidad?, dilema grande el que se nos presenta, porque la respuesta implica desarraigarte de lo que estabas haciendo hasta este momento. Te lo expreso con la siguiente experiencia de una hermana de la iglesia de Algeciras, ella se llama María, es una hermana expléndida, cariñosa, luchadora, pero como todos los hijos de Dios en este periodo de la historia, muy preocupada por su sosten económico, tiene tres hijos y su marido es un hermano que acude con ella asíduamente a la iglesia, junto con su hijo menor. Desde que llegué a la iglesia, estuve orando por ella durante este año, mi oración era que pudiese entender el camino que tenía que tomar para seguir alabando y glorificando a Dios lo más puro posible, María llegó a llamar este sueño como: Mi sueño o más bien una revelación de parte de nuestro Padre Celestial
“Soñaba que iba por un sendero con muchos hermanos o más bien paseando por el campo con un grupo de hermanos. Ellos se alejaban de mi. Mientras, yo me entretenía mirando los árboles, en ellos colgaban numerosos collares y todo tipo de alhajas y muchas prendas bellas de todas las clases. Yo me maravillaba de ver todo eso, y desesperada iba cogiendo de todo en gran manera y mis hermanos se alejaban y me dejaban atrás. Yo les decía que me esperaran, pero yo estaba desesperada por coger todo eso no me importaba que me dejaran atrás, claro ellos se iban y me dejaban. Yo con mucha agonía estaba cogiendo todas esas alhajas y vestidos preciosos y llenaba mis brazos y manos de todo eso y contenta aligeraba el paso para alcanzar a los demás con todas esas prendas. Aparecieron numerosos personajes por allí y me dijeron: ¿donde vas con todo eso?, respondí: Como estaban ahí en los árboles pensé que podía cogerlos. M e regañaron diciéndome que eso no me pertenecía y yo avergonzada le deposite todas esas alhajas y ropas en sus manos, pedí perdón y baje mi cabeza. Seguí caminando con mucha vergüenza de saber que estaba cogiendo algo que no me pertenecía, mientras andaba unos de estos seres o ángeles me siguió y traía consigo una joya preciosa, me la deposito en mis manos, era una especie de corona con mi nombre grabado, era mas bien de plata y el nombre decía para ti María, para siempre. El nombre estaba grabado como si fuera escrito de muchos años, se veía las letras grabada como muy antigua y me dijo que no me preocupara por las cosas de este mundo que eran pasajeras y además no agradaban a nuestro Dios.
Fue escalofriante el sueño y a la vez tan hermoso que cuando desperté me dio mucha tristeza. Pedí a Dios en ese momento poder dormirme de nuevo y soñar con aquellos ángeles , pero ya no he podido soñar mas ese lindo sueño. Yo he entendido que fue una revelación de parte de mi Dios, porque soy muy dada a adornarme y vestir como todos los demás que no pertenecen al Pueblo de Dios. Desde entonces le pido a mi Señor que me ayude a dejar todo eso de lado, bueno no solo adornos sino toda idolatría de este mundo, he entendido que para adorar a nuestro Dios debemos dejar de lado muchas cosas de esta vida, ese sueño yo creo que no se refería solo a los adornos, sino a todos lo que nos aparta de poder adorar a nuestro Dios como es debido con todo nuestro ser. Dios pide todo de sus hijos no solo un poquito sino, todo nuestro corazón, todo aquellos que lean este pequeño relato les pido por favor que oren por mi y mis hijos para que Dios me lo devuelva a sus pies y todos aquellos que dejaron el camino, todavía tengo que crecer mucho , pero solo Dios puede ayudarme, que el señor nos ayude mucho a crecer y bendiciones a aquellos que lean esta pequeña carta, pidamos fe a Dios para adorarle en espíritu y verdad. ¡Bendito sea el nombre de Dios! Amen”
María Valdez Martiche

Es a esto cuando me refiero que uno debe desmarcarse con todo lo que conlleva uno de los dos caminos, no podemos andar en la ambigüedad en la que nos quiere llevar el enemigo. Jesús llegó a declararlo (Mateo 6:24) en referencia a Dios o las riquezas. ¿A quién quieres servir tu?
La mirada de un hombre se aleja en el infinito, absorto en sus pensamientos el tiempo pasa inexorablemente, ve pasar su niñez, su adolescencia, su juventud, su madurez y ahora la vejez llama a su puerta. En su reflexión se pregunta;¿por qué Señor? ¿por qué no tome la decisión correcta?¿qué tiene de provecho mi vida?. El susurro del viento llegó en forma de caricia en su cara, la respuesta llegó pronto: te quiero abuelo. Fueron las palabras de un nieto agradecido. Un abuelo que aceptó el llamado de Dios en su vejez, a pesar de que Dios le estuvo llamando durante toda su vida. Esta historia que es ficción, puede ser real. Lo que enseña es que Dios no se cansa en llamarte para que despiertes y tomes una decisión. María lo hizo, pero no solo con los pendientes, pulseras, collares y otros adornos, sino con aceptar el llamado a comprometerse con Dios diariamete, una lucha que mantendrá en cada instante de su vida, como la mantenemos todos los hijos de Dios, pero en la que no está sola, tiene una familia, el pueblo de Dios que le ayuda, que le llena y de la cual no puede desprenderse.
Pero…. Espera… hay un problema… mi hermana María, también puedes ser tu, que estás atesorando algo en tu corazón independientemente a Dios y que hace que mantengas muchas anclas enganchadas en las profundidades del mar de la incertidumbre. Por eso tienes este llamado de Dios a María, para que cambies de vida. Tu también puedes recibir el llamado de Dios, solo tienes que orar con fe y humildad, Él te responderá.

Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga.

2 comentarios:

Juan Ramón Junqueras Vitas dijo...

Aquí estoy, deseando aprender muchas cosas. No desfallezcas. Sigue adelante. Aunque no coincidimos en algunos presupuestos teológicos, admiro tu forma amable y sensible de defender lo que piensas.

Ten ánimo. Dios vela.

Roberto Pérez dijo...

Gracias Juan Ramón, un saludo y que Dios te bendiga