domingo, 21 de diciembre de 2008

Lección 13 - Cuarto trimestre 2008 - La Expiación y la armonía universal




Esta semana nos habla de la culminación de la obra dentro del Plan de Salvación por parte de nuestro Dios, de nuestro Señor Jesucristo y de nuestro Santo Espíritu. La Divinidad converge en el mismo sentimiento que es el de restaurar a la raza humana para que vuelvan a ser unos con Dios.

El texto bíblico de memoria lleva impresa la ESPERANZA de todo cristiano: “Y oí una gran voz del cielo, que decía: «El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos;j y ya no habrá más muerte,k ni habrá más llanto ni clamor ni dolor,l porque las primeras cosas ya pasaron».” (Apocalipsis 21:3-4) Aquí podemos ver el final del gran misterio del PLAN DE SALVACIÓN la PROMESA de volver a nuestro primer estado, antes de que Adán pecara.

En este proceso existe un periodo de tiempo ya profetizado por Daniel cuando dice: “Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.” (Daniel 8:13-14) no vamos a entrar en la parte profética de estos dos versos, sino en el concepto de periodicidad donde el ser humano puede ver su cumplimiento. En Daniel, Dios utiliza la enseñanza de la purificación para mostrar al mundo caído que debe existir esa purificación en la tierra, que llevará a un cordero sin mancha hasta el mismo altar de los holocaustos terrenales, es decir hasta la misma muerte para dar su vida por toda la raza humana, ese holocausto vivo es llevado hasta el mismo lugar santísimo, lugar donde se encuentra Cristo ahora mismo.

El apóstol Pablo se refiere ha este hecho cuando expresa en su carta a los hebreos lo siguiente: “Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.” (Hebreos 9:23) Si vemos el texto las figuras de las cosas celestiales se está refiriendo a todo lo que acontecía en el templo y como en el cielo debería ser algo más importante, de mayor relevancia. La figura de Cristo como cordero pascual.

Esta semana estamos viendo la vindicación de Cristo hacia el pueblo de Dios. Cristo murió solo una vez por todos y por lo tanto en Cristo ya no existirá más el sufrimiento, ni el dolor, Él ya lo pasó una vez y cuando volvamos a verle es simplemente para que Él de el galardón a todos los seres humanos, galardón de vida eterna para los que creen en Él y galardón de eterna muerte para los que no han creído en Él.

La Biblia también nos da ESPERANZA a todos los seres humanos que creemos en Dios, y es que la muerte puede ser que no nos toque antes de que Cristo regrese. No es el fin del ser humano la muerte para ir a la vida eterna, sino que el fin es la ESPERANZA de poder ver a nuestro SEÑOR, ya que en podemos ser transformados el día de la BENDITA ESPERANZA, tal y como lo expresa el Apóstol Pablo en 1ª Corintios 15:51-54.

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